viernes, 17 de abril de 2009

Si el tic tac del corazón fuera un poema

Si el corazón dejara de latir,
Si dejara de bombear
¿morimos?

O la muerte es cosa también de perspectiva
y no se muere en el silencio de la válvula cardiaca.
Acaso se prolonga el sentimiento, el tacto, la erección
al infinito
y en las trémulas andazas del viajero citadino
que raspa de tacones las noctámbulas aceras
algo del que muere vibra,
palpita,
sigue vivo.

¿Será que ciertamente el alma nos habita?

Después de morir, si fuera cierto esto,
habría un período libre en el que el alma
deambula sin talón ni geografía. Quizá quince minutos,
media hora,
un par de días.

Si el tic-tac del corazón se detuviera,
seguro
vendría la muerte súbita inmediata.

Si el tic-tac de mi corazón se detuviera:
muerte súbita inmediata.

Si el tic-tac de mi corazón
sangre instantánea.