Peces
En el pavimento, la lluvia hizo un cauce abundante y cristalino. Los niños saltan felices calle arriba desafiando la corriente que baja hasta las casas de la esquina. Se les ve felices, se adivina en sus boquitas abiertas el corazón latiendo apresurado; la risa todo lo salpica con su alma escurridiza. Uno y otro; niño y salto haciendo el ritmo sobre el agua. En la acera, paciente y seca la adolescencia frunse el ceño (es la nube detrás del aguacero): oso a la caza del salmón.
1 comentario:
me gusta, julio.
respiro un vago recuerdo húmedo de varias vidas atrás.
abrazo
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