viernes, 17 de abril de 2009

Si el tic tac del corazón fuera un poema

Si el corazón dejara de latir,
Si dejara de bombear
¿morimos?

O la muerte es cosa también de perspectiva
y no se muere en el silencio de la válvula cardiaca.
Acaso se prolonga el sentimiento, el tacto, la erección
al infinito
y en las trémulas andazas del viajero citadino
que raspa de tacones las noctámbulas aceras
algo del que muere vibra,
palpita,
sigue vivo.

¿Será que ciertamente el alma nos habita?

Después de morir, si fuera cierto esto,
habría un período libre en el que el alma
deambula sin talón ni geografía. Quizá quince minutos,
media hora,
un par de días.

Si el tic-tac del corazón se detuviera,
seguro
vendría la muerte súbita inmediata.

Si el tic-tac de mi corazón se detuviera:
muerte súbita inmediata.

Si el tic-tac de mi corazón
sangre instantánea.

6 comentarios:

Ingrid Solana dijo...

La cuestión del tiempo, de la muerte, del alma... Reminiscencias para mí, del Libro tibetano de los muertos. Me identifico siempre en esas honduras que intentas explorar a través del lenguaje: quedan un poco igual, pero exploradas y un tanto allanadas gracias a la palabra poética. Además, esta cuestión del cuerpo con su inmateria es muy interesante: "si el corazón dejara de latir... ¿morimos?" En fin..., también San Juan de la Cruz, Valente... En fin, todo eso... Besos transmigrados... Jajajajaja

pk dijo...

muy bueno, julio,
la segunda estrofa canta delicioso!

y además de compartir lo que dice ingrid, con la lectura me acerco a quevedo:

"y muerte viva es, lico, nuestra
vida"

abrazo!

Miguel Ángel Ángeles dijo...

"si el tic-tac de mi corazón se detuviera: sangre instantánea"....

me deja pensando... sin duda...

edegortari dijo...

Buen poema y buena pregunta: será que el alma realmente nos habita? Muy bueno. Saludos.

Julio César Toledo dijo...

Fausto, gracias por pasar al blog, y por los comentarios. Mi estimado E de Gortari, gracias también. Ojalá que coincidamos pronto.

Ingrid, Pablo, qué decir.Abrazos por lo pronto.

Jorge Macias dijo...

¿Si el tica tac del corazón se detuviera, se detendría también el run run de la cabeza, compulsiva e incanzable?

Muy bueno Julio...

Un abrazo...